Riesgos globales y prioridades de investigación del hundimiento de ciudades costeras


Desafortunadamente esto es un hecho comprobable. Las tierras bajas costeras, a menos de 10 metros sobre el nivel del mar, son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, incluyendo la amenaza de inundaciones debido al aumento del nivel del mar y al aumento de la frecuencia y severidad de las tormentas tropicales. Muchas megaciudades costeras, cuya población supera los 10 millones de habitantes, están ubicadas en deltas de ríos que son a su vez importantes centros de agricultura, pesca y producción de hidrocarburos. Pero, para empeorar las cosas, muchas zonas costeras se están hundiendo aún más rápido en comparación con el aumento de los cuerpos de agua: las tasas de hundimiento naturales y humanas, generadas por procesos superficiales someros, pueden tener una magnitud mayor del orden de uno o dos veces más que la tasa de aumento del nivel del mar, impulsada por el clima, prevista para el resto del siglo 21. El fenómeno es global y es más agudo en los grandes deltas de los ríos, que son el hogar de unos 500 millones de personas.

Las afectaciones humanas, concentradas principalmente en una zona de unos pocos cientos de metros por debajo de la superficie terrestre, son responsables de las mayores contribuciones al hundimiento que aparece en la superficie de la tierra. Por ejemplo, los diques de control de inundaciones y terraplenes impiden la deposición de sedimentos, así como también la extracción de agua, para satisfacer la demanda de agua potable, industrial y agrícola, que aceleran el hundimiento al reducir la presión de los fluidos en los poros de los acuíferos. Otro factor es la deforestación en los deltas que en el sureste de Asia se calcula que produce un hundimiento anual de 30 a 60 milímetros.

Otro proceso que se puede añadir a la suma de los factores de hundimiento, pero que sus contribuciones son amplificadas comúnmente en las profundidades de depósitos de cuencas sedimentarias, es la respuesta de la litosfera a los cambios en las cargas (ajuste isostático), incluyendo la carga de sedimentos. Por ejemplo, las capas de hielo del pasado, como las que alguna vez cubrieron gran parte de América del Norte y Europa, comprimieron la superficie por debajo de la Tierra, provocando que subieran las masas de tierra adyacentes. Ahora que estas capas de hielo han retrocedido, la superficie inferior se está recuperando gradualmente (ajuste isostático). Como respuesta, las áreas circundantes ahora están experimentando tasas de hundimiento anuales de hasta 2 milímetros.


El desarrollo de planes de mitigación de hundimientos requiere de una combinación de estrategias de medición y monitoreo. Las estrategias de medición deberán adaptarse a casos individuales y la disponibilidad de fondos económicos, pero cualquier esfuerzo internacional deberá centrarse en las áreas costeras y deltas de megaciudades.

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