Sísmica en la exploración de Petróleo y Gas
Estos famosos combustibles están en constante demanda porque mantienen al mundo funcionando todos los días. Por lo que, ¿cómo encontrar algo que está completamente oculto bajo la superficie de la tierra?. Es un misterio que las personas en la industria del petróleo y el gas siempre están tratando de resolver, y por muy buenas razones. La perforación de hidrocarburos es costosa y antes de invertir dinero en personal y equipos las empresas de exploración y producción necesitan una estrategia fiable para localizar dónde perforar.
Los geocientíficos tienen una arma secreta llama exploración sísmica que consiste en el envío de energía acústica que toma la forma de ondas en el suelo para obtener una imagen de sonido por debajo de la superficie. Utilizan herramientas para producir las ondas y posteriormente registrarlas. Cuando se requiere saber si los depósitos de petróleo y gas están en un área en particular, las empresas geofísicas utilizan grandes camiones que contienen grandes vibradores en ellos, los cuales la mayor parte de las veces, son los que generan la energía acústica o vibración. Se utilizan geófonos (micrófonos sísmicos muy sensibles) para oír los sonidos reflejados, pero a veces se colocan pequeñas cargas enterradas. Se disponen varios geófonos en línea en el suelo y se unen a una grabadora dentro de otro camión. Las vibraciones se transmiten en miles de pequeñas ondas hacia abajo en todas las diferentes capas de la tierra y algunas de las ondas rebotan en los límites entre las rocas debajo de la superficie y se reflejan de nuevo a los geófonos que están esperando para grabarse. Cada uno de los geófonos a lo largo del cable, envían las ondas recibidas al camión de grabación en el que quedan registradas y almacenadas.
¿Cómo llegan las ondas al subsuelo en el océano?. A eso se le conoce como sísmica marina y se requiere un dispositivo diferente para enviar las ondas y solo registrar aquellas que se reflejan. En el mar una tripulación de sismólogos trabaja en un barco equipado con una cubierta posterior especialmente diseñada para tender cables flotantes o streamers, los cuales tienen conectados geófonos llamados hidrófonos, que están colocados uno después de otro y son remolcados detrás del barco al mismo tiempo en el mismo cable.
Fuentes acústicas son remolcadas detrás del barco delante de los streamers y liberan aire comprimido para la creación de las ondas. Estas ondas viajan a través del agua hacia el subsuelo, de donde al igual que en la tierra, rebotan en las capas de roca y luego regresan a los hidrófonos para ser grabadas.
El aspecto que tienen después de que han sido grabadas, es el de un montón de garabatos, por lo que todavía hay que realizar unos cuantos pasos más para que empiecen a parecerse a una imagen real del interior de la tierra. En este momento los datos se encuentran todavía en su forma cruda, por lo que para obtener una imagen que realmente se parezca a la tierra debajo de nosotros, los datos tienen que ser procesados. Para dicho proceso se utilizan supercomputadoras, las que procesan todas las diferentes trazas generadas por las ondas y filtran todo lo que no se necesita, como podrían ser las vibraciones generadas por un tractor situado en las cercanías, mediante la utilización de aplicaciones computacionales. Los geocientíficos analizan los datos sísmicos convertidos a una imagen tridimensional y pueden ver con un ojo bien entrenado, los depósitos de hidrocarburos e informar si existen estos en las estructuras geológicas. Aumentando así, en un gran porcentaje, el éxito de la perforación y disminuyendo el riesgo de una eventualidad en el medio ambiente.
